Cubierta

THERIGATHA

Poemas budistas
de mujeres sabias

Versión e introducción de Jesús Aguado

Editorial Kairós

SUMARIO

  1.  
    1. Introducción
  2.  
    1. Therika
    2. Mutta
    3. Punna
    4. Tissa
    5. Otra Tissa
    6. Dhira
    7. Otra Dhira o Vira
    8. Mitta
    9. Bhadra
    10. Upasana
    11. Otra Mutta
    12. Dhammadinna
    13. Visakha
    14. Sumana
    15. Uttara
    16. Otra Sumana
    17. Dhamma
    18. Sangha
    19. Abhirupananda
    20. Jenta (o Jenti)
    21. La madre de Sumangala
    22. Addhakasi
    23. Chitta o Citta
    24. Mettika
    25. Otra Mitta
    26. La madre de Abhaya o Padumavati
    27. Abhaya
    28. Sama
    29. Otra Sama
    30. Uttama
    31. Otra Uttama
    32. Dantika
    33. Ubbiri
    34. Sukka
    35. Sela
    36. Soma
    37. Bhadda Kapilani
    38. Monja anónima o Vaddhesi
    39. Vimala
    40. Siha
    41. Sundarinanda
    42. Nanduttara
    43. Mittakali
    44. Sakula o Pakula
    45. Sona
    46. Bhadda Kundalakesa
    47. Patachara o Patacara
    48. Treinta monjas seguidoras de Patacara
    49. Chanda o Canda
    50. Quinientas monjas seguidoras de Patacara
    51. Vasetthi o Vasitthi
    52. Khema
    53. Sujata
    54. Anopama
    55. Mahapajapati Gotami
    56. Gutta
    57. Vijaya
    58. Uttara
    59. Chala o Cala
    60. Upachala o Upacala
    61. Sisupachala o Sisupacala
    62. La madre de Vaddha
    63. Kisagotami
    64. Uppalavanna
    65. Punna (o Punnika)
    66. Ambapali
    67. Rohini
    68. Chapa o Capa
    69. Sundari
    70. Subha, la hija del orfebre
    71. Subha, la de la arboleda Jivakamba
    72. Isidasi
    73. Sumedha

INTRODUCCIÓN

Poco después de que el Buddha comenzara a propagar sus enseñanzas (según unos, vivió entre el 560 y el 480 a.C y, según otros, entre el 460 y el 380 a.C.), se organizaron las órdenes religiosas que agrupaban a los hombres y, un tiempo después, a las mujeres. Estas monjas o bhikkhunis, que llevaban una existencia austera y retirada del mundo al igual que sus compañeros varones, algo en sí mismo revolucionario en una época de enormes rigideces sociales, sobre todo en lo que se refiere a las mujeres, compusieron poemas que contaban sus respectivos caminos espirituales (en muchos casos con abundantes datos autobiográficos y gran riqueza de referencias históricas y cotidianas) y que pretendían animar a sus oyentes a abandonarlo todo y a emprender la senda de la liberación predicada por el budismo. Estos poemas, compuestos probablemente en magadhi, se transmitieron de forma oral durante siglos por las denominadas therigathas (literalmente, «canciones o poemas de ancianas sabias o de mujeres que se han hecho sabias o crecido en sabiduría») hasta que fueron fijados en hojas de palma e incorporados al canon budista pali con ocasión del gran congreso convocado en Sri Lanka por el rey Vattagamani entre los años 89 y 77 a.C. Posteriormente, entre los siglos V y VI de nuestra era, el gran erudito Dhammapala los ordenó tal y como hoy los conocemos (de mayor a menor extensión según el número de estrofas que contienen) y les añadió la historia personal de cada una de las autoras para contextualizarlos mejor y para que esas apasionantes vidas ejemplares, trufadas en ocasiones de elementos legendarios, sirvieran a su vez de inspiración entre quienes las leyeran o escucharan. Se conservan 73 poemas. Menos los 13 últimos, demasiado largos, con demasiadas voces en ocasiones y más narrativos, que ofrezco en prosa, los demás los he trasladado en verso.

Estas versiones las he hecho a partir de las cinco traducciones disponibles en inglés y apoyándome, además de en las muchas notas que contienen, en otros estudios complementarios. Mi intención ha sido que puedan leerse en castellano con fluidez y sin necesidad de tener grandes conocimientos sobre el budismo o la India de aquella época. No ha sido la mía la labor de un erudito, aunque me he documentado todo lo más que he podido, sino la de un poeta que ha intentado, salvando las enormes distancias temporales, culturales y geográficas, ponerse en sintonía con las voces y los textos a los que ha tenido que enfrentarse. Por eso mismo, el resultado tiene más que ver con la poesía que con la historia (otro asunto a discutir es si la poesía como disciplina intelectual le hace más justicia a los hechos históricos que la historiografía propiamente dicha) y está dirigido al lector sensible en sentido amplio, más que al lector académico en sentido restringido. En coherencia con esto, he reducido al mínimo la terminología técnica y las alusiones mitológicas, que cuando aparecen corren el riesgo de detener la lectura, oscurecerla e incluso frustrarla por completo. Las notas al pie, en trabajos como el que pretende ser este, son zancadillas más que muletas para al entendimiento. Aun así, hay algunas cosas, dado el carácter legendario de algunas de las historias recurrentes tanto de los poemas como de las notas biográficas, que permanecen tal cual y que aclaro, grosso modo, a continuación:

  1. Tanto para el budismo Hinayana como para el Mahayana, el Buddha histórico fue precedido y será sucedido por innumerables buddhas, algunos de los cuales son mencionados en bastantes de las biografías de las monjas, a las cuales se las relaciona, cuando se relatan sus vidas anteriores, con determinados buddhas del pasado.
  2. En uno de los primeros poemas se menciona a Rahu, que era el nombre del demonio posvédico responsable de los eclipses de sol y de luna.
  3. En algunas biografías se mencionan distintos clanes, tribus y pueblos de la época: sakias, licchavis o kurus.
  4. Karma: acción, todas las actividades del hombre tanto físicas como mentales. Según la concepción hindú, el hombre se encuentra en esta o posteriores vidas con las consecuencias de todas sus acciones.
  5. Nirvana o nibbana: estado que resulta de la cesación de las pasiones y de sus causas; estado de paz de liberación no condicionado. El Buddha nunca dio una definición precisa del mismo, pero insinuó que es un estado que trasciende la nada y la eternidad y que es indecible e indescriptible. La mayoría de veces la he traducido describiendo sus efectos, aunque en otras, dependiendo del contexto, la he mantenido como tal.
  6. Dharma o dhamma: es «lo que sostiene» el orden cósmico, social y personal, la ley, la naturaleza del hombre, de la sociedad, del universo. Como en el caso anterior, la mayoría de las veces he vertido esta expresión eligiendo una o varias de estas acepciones. Hay que recordar que el budismo (que le atribuye diez sentidos principales)* designa también la enseñanza del Buddha y la vía para alcanzar el despertar.
  7. Meru: según la cosmología búdica, gran montaña axial del universo.
  8. Las Cuatro Nobles Verdades son: el sufrimiento, el origen del sufrimiento, el nirvana (o nibbana) y el Camino.
  9. El Camino o Sendero es Óctuple, como se dice en muchos de estos textos, porque tiene ocho factores que se describen como rectos o justos. Según Peter Harvey: recta visión o recto entendimiento; recto pensamiento; recta palabra; recta acción; recto modo de subsistencia; recto esfuerzo; recta atención; y recta concentración.**
  10. Samsara: estados de existencia sucesivos condicionados por la ignorancia donde reina el sufrimiento en grado mayor o menor según haya sido el karma.
  11. Vihara: nombre dado a los monasterios budistas.
  12. El Cielo de los Treinta y Tres Dioses es, entre los cielos o lokas hindúes, aquel donde reina Indra.
  13. En ocasiones se mencionan los 10 poderes de los iluminados. Según Philippe Cornu: el poder de conocer lo que está fundado y lo que no lo está; el poder de conocer los resultados del karma; el poder de conocer las diversas aspiraciones de los seres; el poder de conocer los diversos temperamentos de los seres; el poder de conocer las distintas facultades intelectuales de los seres; el poder de conocer todas las vías y sus fines; el poder de conocer los fenómenos mancillados y los puros; el poder de conocer las existencias anteriores; el poder de conocer la muerte de los seres y sus nacimientos; y el poder de conocer cómo se llega al agotamiento de las mancillas o vertidos.***

Esta colección de poemas, nunca vertida a nuestra lengua, está considerada la primera antología universal de literatura femenina. Su calidad y hondura propiamente literarias ha sido atestiguada por todos los que las conocen, algunos de los cuales las igualan en importancia a las grandes composiciones de esos genios de la poesía y la espiritualidad de la India que fueron Kalidasa, Kabir, Mirabai y muchos otros. Forman, además, por ser contemporáneos del mismo Buddha, un testimonio de primera importancia para conocer el budismo de los orígenes según lo vivieron estas mujeres devotas y valientes que no dudaron en enfrentarse a las convenciones de su tiempo para conseguir la liberación y la iluminación.

BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA

THERIKA

En una vida pasada honró a un Buddha anterior, el Buddha Konagamana, con su delicada hospitalidad. Le recibió en una pérgola de ramas entrelazadas, suelo de tierra apisonada, flores y perfumes. Gracias a este acto meritorio, renació distintas veces entre dioses y hombres hasta hacerlo en una familia de casta brahmana de la ciudad de Vesali. Cuando el Buddha predicó allí, se hizo discípula suya. Más tarde, después de escuchar un sermón de Pajapati, decidió ingresar en la comunidad de monjas. Pero su marido no le dio permiso para hacerlo. Un día, mientras cocinaba, se produjo una gran llamarada que consumió del todo el curry que estaba preparando. Gracias a ese hecho cotidiano, aprendió la enseñanza budista sobre la impermanencia. Desde ese momento, y como hacían las que ya habían sido ordenadas, prescindió de joyas y adornos. Este detalle convenció a su marido de que su devoción era genuina y él mismo la condujo, acompañados ambos de un gran séquito, ante Pajapati, que la ordenó monja. Se destacó por su robustez física y espiritual.

Duerme tranquila, mi pequeña. Un manto te cobija que tú misma has tejido. Y por fin tus deseos se han secado como hierbas al sol dentro de un cuenco.

MUTTA

Su nombre significa «mujer libre» (libre en el sentido de iluminada, de alguien que se ha deshecho de sus ataduras). Procedía de familia brahmana. A la edad de veinte años se unió a la congregación de monjas de la mano de Pajapati, que fue también la que le enseñó a meditar. Este poema lo recitó en tres ocasiones: cuando lo «vio» delante de ella (un regalo del propio Buddha, que se le reveló como si estuviera sentado a su lado), cuando alcanzó la iluminación y cuando presintió que estaba a punto de morir.

Libérate de aquello que te ata. Como la luna, libérate de Rahu y sus mandíbulas oscuras y voraces. Con una mente libre y sin deudas ni nudos, aprende a disfrutar de la comida que les sobra a los otros.

PUNNA

De sus vidas anteriores se sabe que en una época fue un hada que habitaba la orilla del río Candabhaga. Como tal, en una ocasión ofreció una guirnalda de juncos a un pacceka buddha (un iluminado que no intenta ayudar a otros a alcanzar ese estado ni predica sermones y que por eso es conocido como «buda silencioso»), acción benéfica que con el tiempo la hizo renacer en el seno de una familia acomodada de Savatthi. Como a tantas otras, fue Pajapati quien la ordenó monja cuando todavía era muy joven.

Después de quince días, llena de sí la luna resplandece. Haz lo mismo y sé sabia poco a poco

y con tu propia luz ábrete paso por la densa ignorancia de la noche.

TISSA

Nació en Kapilavatthu y pertenecía al clan de los sakiyas. Era miembro de la corte de Bodhisat hasta que Pajapati la ordenó monja.

Practica sin cesar. No desmayes, practica. Practica hasta romper tus ataduras. Practica hasta ser libre del yo y sus opiniones, de los sentidos venenosos, de nuevos nacimientos.

OTRA TISSA

No se sabe nada específico sobre ella.

Aprovecha las oportunidades, ahora que las tienes, de cultivar tu luz más verdadera. O acabarás gritando en el infierno tanto tiempo perdido en otras cosas.

DHIRA

No se sabe nada específico sobre ella.

Aplaca tus sentidos. Renuncia a tus deseos. Cuando apagues tus llamas, serás por fin feliz y libre y puro gozo.

OTRA DHIRA O VIRA

No se sabe nada específico sobre ella.

Eres valiente y decidida y has practicado mucho hasta alcanzar un gran conocimiento. Este cuerpo es, por tanto, el último que tienes. ¡Pero cuidado, no permitas que la Muerte entre en él y lo lleve de regreso a la vida!

MITTA

Pertenecía a la tribu de los sakya y apenas se sabe de ella que no encontró la paz hasta que se convirtió al budismo y se hizo monja.

Tu fe te trajo aquí y ahora tus amigas son otras y las quieres por sus buenas acciones y sus buenas palabras. Cultiva tus virtudes y alcanzarás la paz definitiva.

BHADRA

No se sabe nada específico sobre ella.

Eres afortunada porque tu fe te trajo aquí. Y tu gran devoción te pone a salvo de aquello que dejaste atrás y para siempre.

UPASANA

No se sabe nada específico sobre ella.

Las aguas bajan bravas en el río feroz que gobierna la muerte. Si no pierdes la calma, no podrá cabalgar esa muerte tu cuerpo nunca más.

OTRA MUTTA

Fue hija de una familia brahmana pobre que vivía en el país de Kosala. Su padre, de nombre Oghataka, la casó con un brahmán también pobre y además jorobado que la hacía muy infeliz. Con el tiempo le acabó convenciendo de que le diera permiso para separarse de él y ordenarse monja budista. Se entregó tan a fondo y con tanto ardor a su nueva vida que no tardó en alcanzar el estado de beatitud suprema.

¡Estoy libre, estoy libre de tres cosas torcidas: el mortero y su mano y un marido de espalda jorobada! ¡Estoy libre, estoy libre del nacimiento y de la muerte y de las ataduras del pasado!

DHAMMADINNA

BuddhavacanaMajjhima NiyakaDhammapada

Las ganas de ser libre y sofocar con mente clara los malos pensamientos y el deseo: así remontarás la corriente del río hasta tu origen.