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UNA PICA EN GLANDES

 

POEMAS ACIDOS

 

 

 

 

 

 

 

José Ramón Pardo Congel

 

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© Pardo Congel, José Ramón

© Una pica en Glandes

 

ISBN papel: 978-84-686-8701-8

ISBN digital: 978-84-686-8706-3

 

Impreso en España

Editado por Bubok Publishing S.L.

 

Depósito legal: M-24707-2016

 

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A Marian, porque sin ella no sería nada.

A Pablo e Irene, porque gracias a ellos puedo serlo todo.

A mis padres, que me hicieron posible.

A Sergio, por estar siempre ahí.

 

NOTA DEL AUTOR

 

 

 

Todos los que hacemos algo diferente, como tirarse con un paracaídas o escribir poesías, somos tildados de locos. Ambos, paracas y poetas, recibimos de nuestros amigos y conocidos esa mueca de resignado desdén (cejas alzadas, prietos los labios) con el que vienen a decir: “Y éste, no tendrá otra cosa mejor que hacer”.

Desde luego, hay cosas mejores que hacer. Por ejemplo, ir al cine a tragarme una americanada llena de insultos y mamporros, ver por la tele el Celta- Valladolid, pasearme aburrido por un centro comercial o probarme unos espantosos bermudas en El Corte Inglés. Qué se yo…Tantas cosas maravillosas. ¿Verdad?

El tiempo dedicado a escribir estos poemas quizá sí me ha restado el disfrute de otros momentos buenos, los de verdad, sobretodo los que he quitado al estar con mi familia. He procurado que no se notara. Para ello se inventaron los ratos muertos y las horas nocturnas.

El título del libro no es más que un burdo intento de llamar la atención, lo confieso. Empiezo también con una pequeña toma de contacto que es como una astracanada (los versos teloneros) casi impropia de mi propósito trascendente, lograr que alguien que no haya leído poesía (voluntariamente) lo haga ahora. Pero no te engañes, querido (y quizá único) lector. Luego viene lo bueno. Te lo prometo. Ten paciencia y continúa. Te voy a zarandear un poco. Mis versos son ácidos en su cinismo y tocan un poco de todo. De todo de lo de siempre. El amor, el humor, el sexo, la espiritualidad, la política, los sentimientos, las pasiones y el inevitable caos que los seres humanos provocamos con todo ello.

Con cariño.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

I. EL TITULO

 

AUTOCORRECTOR BROMISTA

 

 

Padre, confieso que he pescado:

He puesto el pedo en la llaga.

He críado vino en la borrica.

He clavado la sombrilla en la paya

y ¡ qué dolor ¡ he puesto en glandes la pica.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

II. VERSOS TELONEROS
(PARA EMPEZAR,
UNA PEQUEÑA BROMA)

 

SE ABRE EL TELON (I)

 

 

Un hombre del campo tenía

los dientes requetemal

y al dentista se fue un día

pá intentarlos arreglar.

 

El dentista amable le dijo

que fundas necesitaba

y el hombre escuchó el precio,

muy caras le resultaban.

 

El dentista era un buen tipo

y este trato le propuso:

que le pagara en especie

y así se lo dispuso.

 

El hombre le dio las gracias

y desde entonces recogía

en el campo zanahorias,

nabos, apios y chirivías.

 

Con ello pagaba los gastos

del arreglo de sus dientes.

Así de bueno era el dentista

con casi todos sus clientes.

 

Se baja el telón: ¿Qué película es?

Respuestas al final de este libro.

 

SE ABRE EL TELON (II)

 

 

Una mujer peripuesta

a su marido espetó:

Si arreglamos el jardín

estará mucho mejor.

 

El marido contestó:

El jardín está muy bien,

Así lo creo yo.

¡ No lo quiero arreglar ¡

 

Después de la respuesta,

no se rindió la mujer:

¡Reformemos la cocina

que está de muy mal ver¡

 

El marido contestó

que no había más que hablar.

“Detesto las reformas,

deja ya de molestar “.

 

Entonces llegó el hijo

y la madre le insistió

pero el también le dio

a su padre la razón.

 

Fiel a su costumbre,

ella un poco porfió.

“¡ Quizás sea mejor

que arreglemos el salón ¡”

 

“Ni salón ni nada más,

te lo decimos los dos.

Las obras son peor

que un ataque de la tos.”

 

Tenían otro hijo

y hacía él se dirigió

pero como era tan repijo

no lo convenció.

 

“Te lo dijo mi hermano.

Te lo dijo mi papá.

Yo odio las reformas

tanto como el que más”.

 

Se baja el telón: ¿Qué película es?

Respuestas al final de este libro.